El mundo se preparó para despedir el 2021 y darle la bienvenida a un nuevo año, en medio de fuertes restricciones y toques de queda por la nueva ola de contagios, impulsada por la variante Ómicron.
A pesar de las vacunas desarrolladas por diferentes laboratorios y que ya ha logrado inmunizar al 60% de la población mundial, la gran desigualdad al momento de su distribución, generó el surgimiento de nuevas variantes, de fácil propagación.
Solo la nueva variante, Ómicron (procedente de Sudáfrica) ha provocado, por primera vez, más de un millón de contagios en una semana, según un recuento de AFP.
Francia se convirtió en la noche del jueves en el último país en anunciar que esta cepa ya es mayoritaria en su territorio; por su parte, otras naciones alcanzaron esta semana récords de contagios.
Argentina, por ejemplo, detectó este jueves más de 50.000 casos, y Estados Unidos alcanzó más de 500.000 infectados en un solo día. Todos anunciados esta semana.
España, Reino Unido, Alemania y hasta Israel alcanzaron también cifras históricas de contagiados.
Ya algunos países le dieron la bienvenida al 2022. Algunos decidieron mantener las celebridades, pero con menos aforos, después de un 2020 sin espectáculos por la pandemia.
Sídney, la mayor ciudad de Australia y una de las primeras en recibir a 2022, decidido mantener los fuegos artificiales que suelen iluminar su icónico puerto y, esta vez, si se congregaron decenas de personas, que disfrutaron del espectáculo.

China, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, Japón, Rusia, entre otros, también le dieron la bienvenida al 2022.


Algunos países de América mantendrán las tradicionales fiestas de Año Nuevo, pero con aforos reducidos. En Río de Janeiro, que suele reunir a 3 millones de personas en la playa de Copacabana, la fiesta sigue adelante; mientras que en Times Square de Nueva York, Estados Unidos (EE.UU.) los eventos oficiales se reducirán, pero igualmente se esperan multitudes, refiere la agencia de noticias
La mayoría de ciudades españolas anularon sus festejos públicos, pero no Madrid, con un enfoque menos restrictivo, que permitirá a 7.000 personas comerse las uvas durante las tradicionales campanadas en la Puerta del Sol.
Pero la Organización Mundial de la Salud no quiere bajar la guardia y advierte que el “tsunami” de contagios puede poner a los sistemas sanitarios “al borde del colapso”.