InicioOpiniónCarlos Raúl Villanueva estimaba entre 25.000 y 30.000 estudiantes para la UCV

Carlos Raúl Villanueva estimaba entre 25.000 y 30.000 estudiantes para la UCV

La matrícula apropiada para la Universidad Central de Venezuela debería ubicarse entre 25.000 y 30.000 estudiantes, afirmaba Carlos Raúl Villanueva, arquitecto proyectista de la bien denominada Síntesis de las Artes.

Así lo reseña el cronista de la UCV, Idelfonso Leal, en su libro La Historia de la UCV, 1721-1981, Ediciones Rectorado de esta casa de estudios.

La deseada matrícula de Villanueva es mencionada por Leal para destacar la otrora constante polémica generada por la presión de nuevos ingresos que expimentaba la UCV, la cual en 1981 contaba con 61.697 estudiantes, 8.292 profesores y 5.105 empleados.

“Originalmente la Ciudad Universitaria estaba prevista para una población estudiantil de 4.000 a 5.000 almas”, afirma Leal. “Nadie pudo pensar en el desarrollo vertiginoso de la capital y de su universidad”.

El cronista recoge en su libro las palabras del siempre recordado Francisco De Venanzi, (1917-1987), quien fue un destacado médico, académico, escritor y científico venezolano del siglo XX,  rector de la Universidad Central de Venezuela entre 1959 y 1963.

De Venanzi alertaba que “La aceptación ilimitada de estudiantes trae como consecuencia el progreso o apartamiento de las normas de las normas que aseguran una educación activa y eficiente, se imposibilita el contacto directo del profesor y el alumno, se dificultan o se anulan las posibilidades de realización de seminarios, ejercicios prácticos, trabajos de laboratorio y de campo, pasantías, hasta el grado que la enseñanza se convierte en un simulacro”.

El Rector Magnífico decía que la consecuencia de la ineficacia educativa causada por el exceso de matrícula era que solo se graduaba uno de cada cuatro estudiantes que ingresaban a la UCV. “En términos económicos significa que el Estado pierde alrededor de 70% de los recursos destinados a la educación universitaria”.

Las cifras más recientes indican que la matrícula estudiantil se ubica en 20.476, una  Aida de 60% respecto a la población de 1981, revela el último informe sobre la población escolar de la casa de estudios.

 La pronunciada caída de la matrícula estudiantil se acelera  con el decreto emitido por el presidente de EEUU, Barack Obama, en 2015, el cual califica a Venezuela como “una amenaza inusual y extraordinaria”.

De seguida esa línea política de Estado de EEUU se recrudece con la llegada de Donald Trump, quien acentúa el estímulo y la extracción de venezolanos y venezolanas con el propósito de mostrar al mundo la supuesta existencia de una crisis humanitaria en Venezuela, que justificara una intervención exterior.

Esta política incorpora sanciones y bloqueos que fracturaron la economía y generó escasez de bienes esenciales, al grado de disparar la inflación hasta 130.000 por ciento en 2018. Luego arribó la pandemia que afincó aún más la crisis económica.

Los medios de comunicación y las Organizaciones No Gubernamentales, ONGs, no todos ni todas, financiadas por el mismo gobierno de EEUU y otros de Europa, corporaciones y fundaciones, dieron apoyo y compañía a la idea de construir en el imaginaria la.idea de Venezuela desastre, junto a la ilusión de lograr sueños de mejor calidad de vida en otros países.

Y de manera más directa contra la educación universitaria de largo aliento, generadora de conocimientos y aportes para la posible solución de problemas nacionales, actúa la proliferación de cursillos vía web y diplomados generadores de formación limitada e instrumental de mano de obra.

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