Se acaban de cumplir dos años de la operación Gedeón, con la cual Estados Unidos realizó otra acción para derrocar al presidente Nicolás Maduro, sucesor de Hugo Chávez, a quien lograron tumbar por unas 50 horas, y quien había logrado sacar a los militares yanquis de los cuarteles nacionales donde ejercían funciones que en la práctica constituían dominación disfrazada de la “lista de agravios; una enciclopedia especialmente bien documentada de maldades, mentiras y estragos que han sido llevados a cabo hipócritamente en nombre de la democracia por aquellos para los que el poder es su verdadero y único amor…”.
Estas líneas entrecomillas fueron emitidas por Sam Smith, editor de The Progressive Review, en Washington DC, al referirse al libro El Estado agresor: La guerra de Washington contra el mundo, cuyo autor es William Blum, editado en 2001. Este William Blum en 1967 renunció al cargo de oficial de Asuntos Externos del Departamento de Estado, “debido a la oposición personal sobre lo que su país estaba haciendo en Vietnam”.
La Operación Gedeón tenía el objetivo de que los venezolanos nos matáramos entre nosotros, con lo cual repetiríamos la dramática experiencia vivida en la Guerra Federal que tuvo lugar entre 1859 y 1864, y que por coincidencia se realizó casi en los mismos años en los que EEUU vivió su llamada Guerra de Secesión que costó cientos de miles de vidas y al final con la derrota del sur, originó la muerte del presidente Abraham Lincoln, quien fue abaleado por un fanático sureño el 15 de abril de 1865 en el teatro Ford de la capital de USA y nosotros perdimos a Ezequiel Zamora el 10 de enero de 1860 en circunstancias similares.
Esa Operación Gedeón fue aplastada por la propia población litoralense y las Fanb, cuyos integrantes sí creen y siguen el pensamiento de Simón Bolívar, y arrojó como resultado las confesiones de los mercenarios que fueron contratados –de acuerdo a sus propias palabras- y uno de estos resultó ser Jordan Goudreau, quien fue un efectivo de las fuerzas especiales de los EEUU, y de acuerdo a las informaciones que trascendieron, el propósito de la acción no era otro que el ingreso a Venezuela de “donaciones humanitarias” que estarían acompañadas de armamento de guerra que sería utilizado contra los venezolanos. Otro de los hechos que estaban vinculados con esta acción es la posición de Juan Guaidó, quien se autodenominó “Presidente de Venezuela” en el propio territorio de los Estados Unidos y contó con apoyo total del ex presidente Donald Trump.