La esquizofrenia es un trastorno mental discapacitante que produce gran sufrimiento personal y familiar.
Es una patología que motiva la estigmatización social, exclusión y discriminación generalizada y que suele aparecer, entre los 16 y 30 años.
Se caracteriza por alteraciones en el curso y contenido del pensamiento, distorsión de la percepción, alucinaciones auditivas, ideas delirantes, excitación psicomotriz, dificultad para organizar las ideas y alteración de la expresión verbal.
Las personas con síntomas psicóticos pierden el sentido compartido de la realidad al percibir de manera diferente. En algunas, estos síntomas aparecen y desaparecen, en otras se instalan de manera permanente.
Hasta ahora no se ha determinado una causa única como desencadenante y se presume una combinación de factores genéticos, ambientales y psicosociales, lo que dificulta su prevención.
Sin embargo, se pueden tomar medidas, reducir el riesgo de aparición de la esquizofrenia y disminuir la progresión de los síntomas.
El diagnóstico y tratamiento temprano son fundamentales para minimizar las complicaciones, con la atención de un especialista en salud mental, cumpliendo el plan de tratamiento que incluye medicamentos antipsicóticos, terapia psicoterapéutica y apoyo psicosocial.
El uso y abuso de drogas o alcohol, empeora los síntomas de la enfermedad y dificulta su tratamiento.
Cada persona es única y responde de manera diferente a la terapia, adoptar y mantener un estilo de vida saludable, con alimentación adecuada, ejercicio regular y manejo del estrés, será determinante para controlar los síntomas de la esquizofrenia.
