La lluvia es excelente porque cuando no se cuenta con un sistema de riego y se necesita abonar la tierra son aliadas para que el fertilizante mismo se diluya bastante y las plantas lo pueden absorber más rápidamente.
La lluvia es el riego natural de las plantas, sin embargo, existen cultivos que resultan más favorecidos que otros con este fenómeno.
Algunas de las siembras que pueden verse agraciadas con la llegada de las precipitaciones son las flores de corte y follaje, los cultivos de maíz, el arroz, así como también los cítricos, el aguacate y la piña. Para el consumidor también resulta favorable.
Les explico: los agricultores de las hortalizas de una hoja, como lo son: la lechuga, escarola, repollo, coliflor, brócoli, perejil, apio, cilantro, espinaca, acelga, berro, albahaca, orégano, entre otras, deben recoger la siembra antes de que el agua dañe los cultivos.
De esa manera se genera una mayor oferta en los mercados haciendo que el precio disminuya basados en la ley de la oferta y demanda.
Es por eso que en tiempos de lluvia se ve una disminución de precio en este tipo de rubros. Como verán, dependiendo del punto de vista que se mire, pueden resultar buenas o malas, tanto para el productor como para el consumidor final, que es el ciudadano común.